El sitio donde se construyó la ciudad virreinal de Tlaxcala y el
convento se denominaba Chalchihuapan, y pertenecía a la cabecera de
Ocotelulco. El nombre de Chalchihuapan se debía a que en ese lugar
estaba una fuente que llamaban "La fuente sagrada", ya que en ella se
realizaban ritos a los dioses.
El cronista Buenaventura Zapata en el siglo XVII refiere algunos
datos sobre la fundación de la ciudad virreinal de Tlaxcala. Así, nos
dice que en 1526: Entonces se partieron las piedras en chalchihuapan, es
decir que se acondicionó el lugar para ser habitado; al año siguiente
ocurrió que: los sacerdotes se establecieron en Chalchihuapan y entonces
vino el obispo fray Julian Garces.
Durante la segunda mitad de la década de los treintas en el siglo
XVI, se suscitaron acontecimientos que le dieron importancia a esta
ciudad virreinal. En 1535 le fue dado el escudo de armas, además del
título de Leal Ciudad de Tlaxcala. En 1536 por primera vez se hizo la
fiesta de Corpus y en 1538 el mercado de Ocotelulco fue trasladado a la
plaza principal de la ciudad.
Fue durante ese tiempo que se dio inicio a la construcción del Monasterio de San Francisco. Su construcción, al igual que el del resto de la ciudad virreinal, fue llevada a cabo por los indígenas que habitaban en las cabeceras de Ocoteluco, Quiahuixtlan, Tizatlán y Tepeticpac.
El lugar en el que se ubica el atrio conventual era donde estaban los
manantiales. El manantial mayor fue conocido durante la fase final del
mundo prehispánico como Chalchíhuatl que quiere decir, según Muñoz
Camargo, "Agua de Chalchihuites...que chalchihuites quiere decir, en la
lengua, piedras verdes muy preciadas de color de esmeraldas."
A este manantial, durante la época prehispánica, los tlaxcaltecas le profesaron una gran adoración y en ella realizaban una serie de ritos.
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